Virginia y yo quedamos en Delic, en La Latina, un lugar precioso en un barrio al que siempre le he tenido un poco de manía, por lo que nuestra conversación tuvo algo de reconciliación con el lugar. Virginia es periodista cultural, por lo que me pongo al día de lo que se está moviendo en Madrid, especialmente en lo relacionado con la ilustración.
-¿Siempre has vivido en Madrid?
-No, soy cántabra, llegué en 2005 a Madrid porque vine a hacer el Master de El País y ya me quedé. Para mí Madrid no es tan grande, mi Madrid es bastante pequeño porque voy a todos los sitios andando. Es una gran ciudad pero a la vez es acogedora, otras ciudades como Londres son más hostiles. Aquí hay gente a la que saludo a diario por el barrio y con la que nunca he hablado en mi vida, es como una ciudad pequeña. En verano me gusta menos, la ciudad se vuelve más dura.
-¿La ciudad o La Latina?
-La ciudad, porque los temas de piscinas, espacios abiertos y demás tampoco es que te lo pongan fácil desde el Ayuntamiento. Yo suelo coger vacaciones en Julio para pasar Agosto en Madrid, lo prefiero porque está todo mucho más tranquilo, hace un poco menos de calor, son las fiestas de La Paloma y también las de San Cayetano en Lavapiés, es entrañable y sale lo más castizo de Madrid.
-Antes le estaba dando vueltas a nuestra cita en La Latina y que es cierto que le tengo algo de tirria a La Latina, creo que porque siempre que he venido ha sido en fin de semana y el barrio estaba bastante terrible. ¿Me darías razones para vivir en La Latina?
-Pues principalmente porque es un barrio, con su historia y es bonito arquitectónicamente, aunque los fines de semana debería tener un aforo concreto. Desde que yo llegué hasta ahora el barrio sigue bastante igual, con la tosta y la caña, se ha quedado un poco parado en el tiempo en algunas cosas. Me gusta porque por ejemplo no hay tiendas ni presión consumista con souvenirs y demás, no hay mucho turista despistado. Aunque el fin de semana es insufrible y más con el calor, por eso ya tengo el plan trazado por horas y días para evitarlo, los fines de semana los dedico a ir a otros lugares.
-Con el tema cultural y la ilustración, tengo la sensación que todo este tema ha revivido, quizá por internet y las tabletas. ¿Se nota en el mundo cultural de Madrid?
-Sí, por supuesto: se han abierto espacios como el Espacio Kalandraka por ejemplo y son maravillosos, o La Central, Tipos Infames…en La Casa del Lector se están haciendo cosas muy interesantes. Siempre ha habido una muy buena cantera de ilustradores en España, pero es que ahora la industria editorial se ha dado cuenta que si usa un ilustrador su libro se vende mejor. En España siempre hay mucha tradición de comprar un libro para regalar, por lo que si hay una edición cuidada es más probable que se venda mejor: en el extranjero editoriales como Penguin siempre han cuidado sus portadas mientras que en España no se ha seguido esa línea por los principales editores.
-Entre los agentes que me mencionabas, solo el Matadero está entre los organismos públicos. ¿Crees que este auge de la ilustración en Madrid ha venido ayudado por organismos públicos o es algo más bien privado?
-No, si acaso van a rebufo, los que están dinamizando más son las editoriales y el Museo ABC, que nacieron con ese pretexto. Aunque haya cosas puntuales como la Casa del Lector en el Matadero que también son muy activos.
-En el Matadero me sucede algo curioso que es que al ir siento que lo van a cerrar en cualquier momento, me parece demasiado bueno para estar en Madrid y tengo la sensación de que tienen que perder dinero por todas partes.
-Ellos tienen un presupuesto bastante apretado y consiguen hacer muchas cosas con lo poco que tienen. Cuando voy tengo la sensación de estar en otra ciudad: mi temporada fuerte de Matadero empieza siempre con DocumentaMadrid y al salir fuera a la terraza te da la sensación de estar en Berlín, salvo el luminoso del Hotel Legazpi que te devuelve a tu sitio. Yo al Matadero voy casi siempre sin mirar, te asomas a echar un ojo sin planificar, te quedas tomando el sol o vas a alguna exposición.
-En los últimos años lo cierto es que también se ha notado un antes y un después con la llegada de La Central a Callao…
-Sí, había tiendas que no han entendido muy bien el cambio, no puedes competir contra Amazon en muchas cosas, por ejemplo. La Central son más selectivos y hacen una gran labor de prescripción, son más libreros.
-Hablando del tema del libro, algo que me fascina en Madrid es la Feria del Libro, porque se convierte en algo que trasciende cualquier tema literario, con los famosos y demás…
-Es genial, va todo el mundo, como familiar, a lo que vas y es una cita del año imprescindible para mucha gente. Aunque cada vez hay menos actividades por la crisis, es una gozada ir.
-¿Qué libros recientes me recomendarías, aprovechando la Feria del Libro?
-Acabo de terminar «El lanzallamas» de Rachel Kushner y casi siempre leo a chicos, no sé por qué, y tenía ganas de leer a una chica; además soy mucho más lectora de extranjeros que de españoles.
-Aparte de la Feria del Libro, cuéntame un plan cultural de Sábado por la tarde en Madrid, quitando sitios más o menos típicos como Panta Rhei.
-Pues lo cierto es que yo soy un poco de deambular, me gusta ir por la zona de Antón Martín, por ejemplo por allí hay una librería nueva llamada Cave Canem que acaba de abrir y a la que aún no he ido. Plan chulo para mí es irme a desayunar a La Central y deambular, ir a Panta Rhei o ir por Huertas a ver La Fábrica, ir por Doctor Fourquet a algunas galerías…recomiendo deambular por Madrid, muchas veces a la vuelta de la esquina te encuentras algo genial de lo que no te habías enterado.
-Me has mencionado muchos sitios fuera del circuíto habitual…
-Sí, tengo pendientes exposiciones por ejemplo en el Reina Sofía, pero en mi tiempo de ocio voy más a La Casa Encendida o por ejemplo al Mercado de San Fernando en Lavapiés y luego ir a Tabacalera a ver a alguna exposición. Es una fábrica que se ha quedado tal cual y el espacio es increíble. No voy al Prado un Sábado o un Domingo, es como La Latina en fin de semana.