Albert, 29, politólogo

La vida de un catalán en Madrid

Decido comer con Albert en el Mad Café, en el corazón de La Latina, para intentar saber qué puede sentir un catalán como él viviendo en Madrid, especialmente después de todo lo relacionado con el referéndum.

-Hemos quedado para hablar un 10-N, el día después. ¿Cómo ha vivido un catalán el 9-N en Madrid?
-Pues lo cierto es que no lo he vivido en Madrid, me fui a Sabadell a votar en familia. Y la verdad es que fue todo muy normal, en el sentido de que pese a todas las valoraciones y matices que tiene a favor y en contra, ha sido una mezcla entre una jornada electoral normal y una consulta o un referéndum, algo especial. La gente estaba muy contenta, lo notabas en las calles: la ciudad estaba muy viva, los bares hicieron entre un 30 y un 40 por ciento más de caja, los comercios han estado llenos todo el fin de semana, la gente se ha quedado en las ciudades y ayer había como muchos planes en grupo en las calles. Un día bonito. También diré que, bueno, alguna gente hablaba de emoción y es algo que yo al menos no sentí al meter el voto en la urna. Lo cierto es que me hubiese gustado vivir el 9-N en Madrid pero la Generalitat no lo hizo posible, los catalanes en Madrid no podemos votar en Madrid mientras que un catalán en Sidney puede votar en Sidney, supongo que igual es por cuestiones de seguridad. Me hubiese gustado haber votado ayer en el Centro Cultural Blanquerna, porque además hay muchos catalanes en Madrid.

-Mencionar el tono festivo que notaste en Cataluña ayer contrasta un poco con la aparente tensión de Madrid al respecto, ¿no?
-Yo creo que no. Hay una cuestión que me llama mucho la atención de ser el catalán en Madrid y el madrileño en Cataluña y es que todo el mundo proyecta una serie de situaciones que luego no se dan. Por ejemplo, durante todo este proceso, siempre que pasaba algo en Cataluña y hablaba con casa mi padre me preguntaba “cómo están las cosas por Madrid”, como si sucediese algo, cuando todo es normal. De repente en el Palau de la Generalitat, por ejemplo, hay una rueda de prensa de varios partidos políticos para anunciar un referéndum, un momento solemne e importante en Cataluña pero que evidentemente en Madrid no pasa nada, la gente en la calle está tan tranquila. Pero siempre tienes esa pregunta de qué sucederá al otro lado. Yo no veo la crispación, aunque sí que es cierto que a lo largo de los últimos años sí que hay cosas que ya no comentas. Por ejemplo, cuando planteaba ciertas cosas sobre el referéndum había un punto jocoso o condescendiente, pero ya se ha convertido en tensión, con posiciones a favor y en contra, y por tanto ha dejado de ser una tontería.

-Lo dices un poco como si las dos ciudades entre sí pasasen un poco de ellas.
-Yo haría un paralelismo muy grande con el fútbol: a mí me ha tocado vivir los años del Barça de Pep en Madrid y los años de la explosión del soberanismo en Madrid, y al final tienes esa sensación de que lo que en Cataluña se percibe como una gran victoria en Madrid se contesta con un “pero seguimos siendo el mejor club del mundo” y demás. Por tanto al final todo tiene sus matices, y creo que se parece a eso: en realidad las dos ciudades se miran pero sin quererlo mucho porque en el fondo cada una tiene su ritmo y sus historias. No sé qué validez tiene lo que te voy a decir, pero la cantidad de gente de Madrid que no ha ido a Barcelona y la cantidad de gente de Barcelona que no ha ido a Madrid es impresionante, por eso no sé hasta qué punto se miran sino que se ignoran mutuamente.

-Igual todo lo que hay que hacer para arreglar este problema es abrir una web de intercambio de casas entre Madrid y Barcelona.
-Yo creo que el problema de Madrid es Madrid en sí, el hecho de ser Madrid. El Madrid que todo el mundo que vive fuera siente es el Madrid del gobierno, que es algo muy distinto del Madrid real, que se siente la ciudad más grande y abierta de España y a lo mejor hasta de Europa. Yo sigo pensando que Madrid como capital de estado es la mejor capital de estado del mundo, porque es una ciudad grande en su justa medida, una ciudad que te acepta y es amable teniendo en cuenta que es una gran ciudad. Madrid es una ciudad alegre y divertida, quizá no con tanta oferta como Nueva York o Londres, o quizá no está tan a la vanguardia como Berlín pero también puedes tenerlo. No es una ciudad que cree demasiado, pero que recibe y que da. En el fondo es una ciudad grande, maravillosa para vivir.

-Un amigo de Barcelona, cantante en una banda de música, me decía en una ocasión que prefería Madrid a Barcelona porque «en Barcelona tienes que ser moderno por decreto, si no te gusta A,B,C y D estás fuera».
-Pues yo no estoy de acuerdo. En Madrid también si no te gustan ciertas cosas puedes sentirte bastante fuera. Barcelona puede ser de muchas maneras distintas, en el fondo también es una cuestión de nuestros tiempos, con que cada uno puede reafirmarse en lo que es sin que le importe lo otro. Y yo en todo caso creo, que lo que tiene Barcelona que no tiene Madrid, es que tiene quizás unos medios más formados; no solo medios de comunicación sino comunidades y puntos de referencia, que hacen que en Barcelona se hable más de la ciudad que en Madrid. Yo creo que si tú no vas a tal sitio o tal sitio no estás en ese onda y no formas parte de la historia; en Madrid hay un postureo tan grande como el que puede haber en Barcelona, lo que pasa es que quizá en Barcelona sea más evidente, porque es más pequeño o, por ponerte un ejemplo, TV3 tiene una cantidad de programas culturales que no tiene Telemadrid por lo que en TV3 si eres Manel sales en tres programas y parece que todo el mundo le gusta Manel, pero también es que a la gente de Madrid le gusta Manel. A Madrid le falta una red de amplificación de esas tendencias, pero yo creo que están al mismo nivel en esos aspectos.

-Quizá a Madrid le falta cierto marketing.
-Yo no me puedo creer que una ciudad como Madrid no tenga diseñadores gráficos buenos. Sucede que los tiene y ejercen, pero el Ayuntamiento de Madrid o la Comunidad a los que contratan, los que construyen su marca, son auténticos patanes. Esta semana he visto coches de la Policía Local, que en el pasado cambiaron su imagen por una horrenda y ahora lo han intentado arreglar con un parche en la parte trasera con una bandera de España cutrilla y una tipografía horrible que pone «Madrid, capital de España». Madrid ha decidido optar por una marca cutre y eso es lo que es. Madrid tiene unos atributos brutales que no explota y no sé por dónde vienen, pero clama al cielo.

-Lo que dices es interesante, porque indica que Madrid podría vender muchas cosas atractivas que actualmente no vende.
-La marca de Madrid la vende su experiencia, no la vende tanto el ayuntamiento porque si no irían perdidos. Yo no veo algo que me llame menos de Madrid que el spot de Turismo de Madrid, con todo lo que es la ciudad. Creo que no lo están aprovechando lo suficiente.

-Lo cual me lleva a preguntarme, con todos estos años de crisis y cambio, no solo en el problema económico sino como nacimiento de nuevos tipos de negocios y proyectos, quién lleva mejor estos últimos años, si Madrid o Barcelona.
-Hay dos contextos distintos: Barcelona como ciudad tiene un gran atractivo que es el turismo, que en años de crisis no ha disminuído sino que ha explotado hacia arriba y bien. Evidentemente, los vecinos están enfadados y no pueden más con la presión turística, pero la ciudad sigue batiendo récords en negocios, tiendas y restauración. Por tanto creo la crisis no se está notando tanto en Barcelona. Además Barcelona tiene un tejido de pequeños comercios tradicionales muchísimo más grandes, es un gustazo ir a tiendas, cómo te atienden, negocios nuevos…y bueno, eso ha llegado en cierto modo a Madrid. De una manera muy distinta, con emprendedores jóvenes como los de Toma Café que han creado algo nuevo, porque eso no existía. O también las tiendas de ropa por Conde Duque, Panic, la quesería Conde Duque…son un ejemplo precisamente de lo interesante que tiene Madrid, y no vienen de una raíz madrileña en absoluto, son gente que de un día para otro abren un negocio porque quieren hacerlo.

-¿Cómo lleva uno, a nivel de morriña, el vivir en Madrid?
-Pues lo cierto es que voy lo suficiente a Cataluña como para no sentir demasiada morriña, no soy de los que va a Can Punyetes o a La Garriga. Lo que sí siento es nostalgia de Cataluña en algún día concreto, el día que peor llevo probablemente es el de Sant Jordi, porque es la fiesta más maravillosa del universo, con las calles llenas de libros y flores. Y, aunque estés trabajando porque no es un día festivo, sales antes de trabajar, va llegando la primavera, regalas una rosa…y es algo que se lleva muy mal al vivir en Madrid. O también San Juan, porque en muchos sitios de costa se celebra y en Madrid no demasiado, quizá salvo el tema de las cocas que alguna pastelería sí tiene. Quizá los dulces sea lo que más echo de menos de Cataluña, además teniendo en cuenta que la pastelería madrileña muy buena no es, aunque he de reconocer que soy un gran fan de las rosquillas y yo voy a San Isidro, vestido de chulapo.

-Relacionado con tu trabajo de Change.org, ¿existe el mismo cabreo con la crisis a nivel local en Barcelona que en Madrid?
-Lo que sí notamos es una tendencia al aumento de peticiones por cuestiones de ciudad en Madrid, si bien el volumen es similar en ambas. Lo que sucede es que mientras el ayuntamiento de Barcelona responde y en general en los ayuntamientos catalanes hay bastantes perfiles verificados para responder en Change.org, el Ayuntamiento de Madrid, a pesar de haberles presentado y contactado en varias ocasiones, aún no se han decidido. Si te pones a comparar los medios de comunicación en una ciudad y en otra, mientras que sobre Madrid El País o El Mundo dedican 2 ó 3 páginas, en Barcelona tienes grandes periódicos como La Vanguardia o Ara con secciones bastante amplias sobre la ciudad. Si bien lo cierto es que en Madrid el tejido asociativo con la crisis se ha movido bastante: la Bicicrítica, el Patio Maravillas, las mareas y demás, que es algo que se refleja en las encuestas. Ahí tienes a Ganemos Madrid llenando tres salas del Círculo de Bellas Artes para presentar su propuesta. Quizá también por culpa de internet, que nos permite acceder a nuevos puntos de vista sobre una ciudad, con nuevos medios que lo están haciendo muy bien.

-¿Qué cambiarías de Madrid?
-Que fuese más ciudad, porque Madrid a veces es demasiado capital de estado y poco su ciudad. Por ejemplo, hoy en día, con todos los cambios políticos, la gente está tomando más conciencia de lo que es ser ciudadano de Madrid, y es algo que en Change.org lo hemos visto, con el subidón de peticiones en esa línea que comentaba antes. Es una ciudad a la que la gente llega y ya inmediatamente es de Madrid; pero lo cierto es que el paso para involucrarse en los temas de la ciudad es muy difícil y tarda mucho en suceder. En Barcelona y en otras ciudades, los medios de comunicación dedican mucho tiempo a hablar de la ciudad, y es una conciencia de ciudad que en Madrid no existe. Que la gente comprendiese que una mala gestión de la ciudad tendría que ser penalizada en las urnas para que llegase un alcalde nuevo e intentase cosas distintas y se dedique a tener las calles limpias, invertir bien el dinero e intentar vender la ciudad de otra manera para atraer el turismo. Hay demasiadas cosas en Madrid que no funcionan, que los ciudadanos detectan que no funcionan y que nadie sabe muy bien cómo comunicarlo o a quién reportarlo; nos quejamos de lo mal que está Madrid pero luego no sabes muy bien a quién votar. Me gustaría que eso cambiase.

Cuestionario

Dónde comer en Madrid: La Vinoteca Moratín, porque tiene una relación calidad/precio decente. Es complicado encontrar mesa, y cuando mis padres vienen siempre intento reservar mesa pero he tenido que ir ampliando rango: antes reservaba con unos días de antelación, luego he tenido que hacerlo con una semana y ahora casi tengo que reservar con un mes de antelación para tener mesa en fin de semana. Es un sitio maravilloso, pequeño, una carta de vinos impresionante y una cocina muy buena.

Dónde disfrutar de Madrid: Yo diría que en las fiestas del Orgullo, porque son las fiestas de Madrid Centro, son modernas como la ciudad, en un entorno histórico como el de la ciudad. Es un día en el que los madrileños hacemos lo que mejor se nos da, que es tomar las calles y pasarlo bien. Viene gente de todos sitios pero también a muchos madrileños, homosexuales o heterosexuales, primero en el desfile pero luego tomándose unas cañas por las calles y viviendo la ciudad. Eso es Madrid multiplicado a la enésima potencia.

Dónde desconectar de Madrid: Aunque tampoco desconectes del todo, diría que Madrid Río, porque salgo a correr y merece la pena hacerlo allí. Es un sitio impresionante porque es una metáfora de Madrid: una arteria de movilidad convertida a zona verde que no acaba, porque te pones a correr y puedes llegar a Moncloa. Me gusta además para desconectar ir hasta el Palacio de la Moncloa corriendo y volver por las facultades, por la Senda Real.

Un barrio de Madrid: La Latina, porque me parece un sitio maravilloso entre semana al convertirse en un pueblo tranquilo. La arquitectura es muy distinta, más popular por ejemplo que Chamberí y con cosas muy curiosas, desde el Jardín del Príncipe de Anglona a placitas como la de la Cruz Verde o la Nunciatura Apostólica. No obstante echo en falta librerías en el barrio o tiendas de ropa mínimamente bonitas. Con un poquito de esas tendencias de Conde Duque, La Latina sería el mejor barrio de Madrid.

Un consejo a alguien que no conoce Madrid: Diría que la gente en Madrid no muerde. Que muerden cuatro taxistas y cuatro imbéciles como en todos los lados, pero especialmente la gente que viene de provincias o de nacionalidades históricas viene con un miedo excesivo al 'vigila lo que dices'. Mi recomendación es que la gente sea tan abierta como la gente de aquí, que el intercambio es muy positivo. A los catalanes en concreto les diría que tuviesen mucha paciencia con el tema 'pan tumaca'; el día menos pensado haré una petición a la RAE para que no acepten la palabra 'tumaca'. No entiendo por qué en los bares de madrid se escribe bien 'steak tartar' pero no 'pan con tomate', que es muy sencillo, o 'pa amb tomàquet', pero no cosas raras. Aceptemos de una vez que 'tumaca' no existe, seremos todos más felices.

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