Ana, 32, trabajadora social

Un nuevo Congreso, un nuevo Madrid

«Y por la mañana me levanto de la cama / pensando cuándo volveré a Graná / cuándo volveré a Graná…». Llego a mi cita con Ana en Lavapiés con el Grupo de Expertos Solynieve en los cascos y con altas dosis de curiosidad acerca de cómo será la vida de alguien en proceso de mudanza a Madrid por un trabajo. En el Congreso de los Diputados, ni más ni menos.

– Naces en La Chana, un barrio popular de Granada, conocido por sus tapas y el rock de Lagartija Nick, 091 o TNT. Así que, por lo pronto, vienes de un sitio donde pasan cosas.
-La Chana es el típico barrio granadino, con mucha mala follá pero muy barrio, lo compararía por ejemplo con Vallecas.

-¿Igual de combativo?
– No, lo cierto es que no tanto. La Chana, desgraciadamente, está siendo bastante combativo ahora con un problema que tenemos con el AVE, pero debería tener más conciencia como tuvo en los 70.

– Perteneces a una generación que es la generación de las protestas contra la LOU, del No a la Guerra… me pregunto si tú eras de venir a manifestarte a Madrid.
-Mi conciencia social y adulta empieza casi en la universidad y sí, fue una manifestación contra la LOU la primera vez que vine sola a Madrid, antes había venido alguna vez con mis padres. Poco a poco empecé a hacer amigos, luego estuve un año viviendo…y hasta hoy.

Raquel nos decía en su conversación que Madrid tiene el problema de asociarse a menudo con todas las instituciones como el Congreso y el Gobierno, y por eso a veces desde fuera de Madrid se considera a la ciudad como “el mal”.
-Pues lo cierto es que yo tenía a Madrid como ese lugar donde la conciencia crítica fluye, donde el movimiento es muchísimo más sencillo y fácil. No solo a nivel político sino a nivel cultural casi todo empieza en Madrid, por lo que todo es mucho más fácil.

-Quizás sea simplemente por una cuestión de tamaño de la ciudad.
-Son muchas cosas, sin duda el tamaño pero también las conexiones son más sencillas: Granada es una ciudad muy aislada a nivel transporte que la condiciona a nivel ideológico o artístico.

-¿Ya te ha tirado Madrid algún mito que tenías sobre la ciudad?
-Pues lo cierto es que yo tenía esa idea de Madrid que tiene Ismael Serrano, que me encanta, y es esa concepción de ciudad que todo el mundo quiere y odia a la vez. Es una ciudad que me gusta mucho pero de vez en cuando necesito la tranquilidad de Granada, donde conoces a todo el mundo y las cosas van a otro ritmo.

– Estamos charlando en el medio de Lavapiés, y me recuerda la conversación con Alberto, ex vecino del barrio, donde hablábamos de que a veces parece que Lavapiés iba al ritmo contrario a Madrid. Pero resulta que la fuerza política que ahora gobierna la ciudad de Madrid y que más ha crecido en el Congreso de las Diputados en las últimas elecciones tiene bastantes raíces en este barrio, especialmente en La Marabunta, una librería a 100 metros de aquí. ¿Se están lavapiesizando Madrid y España?
-Supongo tiene que ver con que Lavapiés es el centro neurálgico de personas concretas que, si no viven por aquí, tenían mucha relación con este barrio, y que han sabido recoger el sentir que estaba por toda España.

-¿Cómo ves los próximos años de Madrid como ciudad, después del cambio en las pasadas elecciones?
-Pues creo que es el momento de más certidumbre en Madrid en muchos años, porque no hay mayor incertidumbre que la de tener a tanta gente sin casa y con una situación económica complicada. Ahí me da mucha envidia Madrid porque ha sabido entender el cambio y que espero que llegue a Granada en algún momento. El movimiento que se generó en torno a Carmena, con tantos artistas y personas involucradas alrededor, fue algo increíble visto desde fuera.

– Y, de repente te conviertes en una de las diputadas más jóvenes del nuevo Congreso de los Diputados. Uno, desde fuera, tiene la sensación de que los diputados en Madrid tienen su propio universo paralelo, con sus bares, sus hostales y que para nada se integra demasiado en la ciudad. Especialmente si eres de fuera y llegas tarde al tren de vuelta.
-Yo creo que éso es más bien una actitud, va con cierta forma de hacer política que ha durado demasiado tiempo en este país. Nosotros queríamos no solo acercarnos a Madrid sino a la gente; quiero seguir haciendo lo que seguía antes porque soy una persona normal y corriente.

-Y sigues planteándote vivir en Granada.
-Sí, tengo que buscar piso en Madrid pero no me voy a venir a vivir la semana completa sino que me voy a alternar entre Granada y Madrid porque no entiendo la labor de representar a una provincia si no es viviendo allí.

Cuestionario

Dónde comer en Madrid: La Infinito, por la relación que tienen con el mundo de los cuentos, que es un mundo que me encanta. Aparte, tomarme un café rodeado de libros me encanta y se parece mucho a La Qarmita, que es un sitio que me encanta en Granada.

Dónde disfrutar de Madrid: a mí me gusta mucho Matadero. Siempre hay algo y con una programación bastante aceptable.

Dónde desconectar de Madrid: a mí me gusta ir al Templo de Debod, aunque por ahora tampoco he tenido mucha necesidad de desconectar de Madrid.

Un barrio de Madrid: Lavapiés. Es una zona que me gusta mucho, ese aire bohemio que tiene es la idea que yo tengo de Madrid, un poco romántica en el fondo. Y que ciertamente estás a un paso del Congreso de los Diputados y del centro.

Un consejo a alguien que no conoce Madrid: depende de qué persona, pienso en amigos míos que les encanta la tranquilidad de Granada a los que les pediría que se alejasen del centro. En general les pediría que la disfruten y que busquen su hueco, porque seguro que existe.

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