Jaime, 47, abogado

Un Madrid con un punto aristócrata

Quedamos con Jaime para tomar algo en un bar en el barrio de Salamanca y conocer su Madrid, que tiene mucho de aristócratas y de clubes privados. Él es socio de la Real Gran Peña, una sociedad privada fundada en 1869 que se instaló en el Café Suizo y luego se instaló en 1916 en el primer edificio edificio que se construyó en la Gran Vía, edificio propiedad de los socios.

-¿Has vivido siempre en Madrid?
-He nacido en Madrid pero he vivido mucho tiempo en Badajoz, hasta que volví para hacer la carrera y luego me quedé trabajando.

-¿Siempre has vivido en el mismo barrio o has cambiado dentro de Madrid?
-He vivido en dos zonas: vivo en el barrio de la Guindalera, pero estuve un tiempo viviendo en la calle Jacometrezo, al lado de la Gran Vía. Siempre me he querido ir fuera porque me gusta viajar, pero siempre me han salido los trabajos al lado de mi casa: mi primer trabajo fue en Juan Bravo 25, al lado de donde solía ir a tomar cañas, luego me fui a trabajar la calle Marqués de Riscal, volví a José Abascal y ahora trabajo en Alberto Alcocer.

-Siempre en la órbita del barrio de Salamanca…
-Una cosa muy curiosa, además sin buscarlo, como de casualidad.

-Hablando del barrio, uno tiene la sensación cuando viene de fuera a Madrid que es un lugar que ha cambiado muy poco durante el tiempo…
-En mi época de la Universidad el barrio era un lugar donde la gente salía mucho: todas las terrazas de Juan Bravo eran una cosa fantástica, con gente tomando copas en la calle, como era antiguamente la Castellana; en general mucho ambiente y lugares como el Keeper o el Green. Quizá ahora esté un poco más muerto, porque lo que ha pasado en Madrid, así como en otras muchas ciudades, es que barrios como este se han llenado de gente mayor debido a que no tienen parkings y las familias quieren casas grandes o pisos con piscina por lo que al final se van fuera de la ciudad.

-Algo así me contaba Jose en nuestra conversación, que destacaba que Madrid se había vuelto una ciudad más aburrida con el paso de los años…
-A mí me gusta viajar, pero en la zona turística pasa lo que pasa con todas las ciudades turísticas, tiene su parte peatonal y todos los bares se parecen. Los bares más típicos de Madrid están en el barrio de Salamanca, en Chamberí, en Vallecas o en Moratalaz; ahí donde están los bares más míticos, con camareros de toda la vida que te sirven el bocata de calamares, de los que te gritan al oído “¡al fondo hay sitio, oiga!”.

-Los bares de zonas como Ponzano…
-Exacto. Tú vas al centro y todo son franquicias, con unos rejonazos que no veas y un servicio que deja que desear. El otro día fui a un sitio y solo tenían cerveza Heineken. En Madrid. Donde deberían poner Mahou porque es la cerveza de aquí, además no me pusieron tapa y en fin, una serie de cosas que dejaron bastante que desear. Madrid se ha hecho muy turístico para visitarlo, pero no para ver la esencia de la ciudad.

-Igual nos hemos vuelto todos más europeos en el mal sentido de la palabra europeos…
-Exactamente, el típico bar cañí de toda la vida, el del vermú, bares como el Ferreras.

-Relacionado un poco con esto último, ¿cómo ves la evolución de Madrid en los últimos años, no de cara al turismo y al exterior sino al interior, como capital de España?
-Hombre, hay cosas buenas como que se ha rehabilitado un poco el centro. Madrid tiene sus déficits y en ese aspecto bien, pero veo que se va volviendo más cara y la sensación que tengo del madrileño es que es una hucha andante para que los políticos le vayan sacando pasta.

-Te refieres a cosas como la ORA…
-Sí, todo lo que tiene que ver con aparcar en el centro. Por ejemplo, cualquier ciudad tiene su aparcamiento restringido por ejemplo hasta las 18h, pero no sucede lo de aquí, que es de 9 a 21h es para recaudar simple y llanamente.

-Algunas de las personas con las que hemos hablado nos ponían el mismo ejemplo: las obras de la M30. Y todos con la misma opinión: ha endeudado a la ciudad pero ha merecido la pena…
-Nos han endeudado porque no saben hacerlo, pero un buen empresario te saca unos presupuestos de una obra así en forma y en fondo, es un problema de gestión. Han dejado un pufo tremendo, pero todo lo que sean infraestructuras está bien pero también hay que gestionarlo bien. Con lo que se cobra de impuestos de plusvalías podríamos poner una plaza de toros en la luna.

-Esa es la duda: saber si el futuro de Madrid pasa necesariamente por macroproyectos ambiciosos como Eurovegas…
-Yo creo que el futuro de las grandes ciudades está complicado porque el centro de la ciudad se queda para oficinas porque sube de precio y la gente se va a vivir fuera, por lo que las ciudades se quedan como ciudades museo. Las ciudades deben ser habitables y deben poner facilidades a la gente, para mí eso la ciudad ideal. La solución consiste en poner facilidades a la gente para que el que haya nacido en Madrid o tenga un trabajo aquí pueda tener un piso y vivir en el centro, no se puede llenar el centro de la ciudad de millonarios con casas espectaculares.

-En Estados Unidos tienes el downtown, el centro de la ciudad construído para negocios y la gente viviendo en las afueras…
-Sí, algo así. Ahora hablan del problema del tráfico: si hiciesen unos aparcamientos gigantescos que tuviesen precios asequibles, con facilidades para vivir en el centro y no tener que coger el coche la situación sería otra. Sucede que los precios de parkings y de taxis son prohibitivos al final la gente se va a vivir fuera a vivir y olvida el centro de la ciudad. En el barrio de Salamanca lo notas, hay casas muy bonitas pero que están totalmente vacías, al final el barrio camina a su desaparición porque la gente se muere y no se ocupan todas las casas. Es un barrio muy tranquilo.

-Por cierto, ¿qué harías tú si fueses alcalde de Madrid?
-Yo regularía más el tema de la ORA, para empezar. Me cargaría los coches oficiales, ¿cómo va a regular el tráfico alguien que no usa el autobús?. Habría que vigilar mucho más el tema de la limpieza porque la ciudad está muy sucia y además hay mucha gente pidiendo en la ciudad, eso hay que arreglarlo. Sacas una ley de capitalidad y hay que hacerlo, vas a Londres o a París y no ves el mismo nivel de gente pidiendo que en Madrid. Otra cuestión son los aparcamientos, haría alguno más en el centro y le pondría un precio asequible porque actualmente son prohibitivos…

-Por un par de horas hoy de aparcamiento privado en General Pardiñas hemos pagado 7 euros…
-Te pongo un ejemplo de Italia, en ciudades como Ferrara donde me cobraron 2€ por aparcar durante todo un día. Por ese precio te compensa dejar el coche y darte una vuelta por la ciudad. Otra cosa: pondría un criterio razonable a la plusvalía municipal, porque ahora mismo es un atraco a mano armada. Y la quitaría en el impuesto de sucesiones y donaciones, porque se pueden dar casos como que se muere tu padre, que vive contigo en tu casa, y de repente te ves obligado a pagar 12.000 o 24.000 € de plusvalía. Impuestos más razonables, porque la sensación del español medio es la del atraco a mano armada. Nos hablan de sacrificio pero nosotros tenemos que cotizar 35 años mientras que los políticos con 4 cotizados ya pueden cobrar, unos políticos que gestionan 17 parlamentos. Allá donde ha ido Gallardón ha hecho una buena zapatiesta, ha metido rejonazos por todos los sitios y aquí mientras estamos el resto, aguantando y aplaudiendo. Y éso haría como alcalde de Madrid.

-Tenemos entendido que eres socio de la Real Gran Peña, uno de los círculos sociales privados con más solera de Madrid, fundado por militares en el siglo XIX y siempre presente en ese majestuoso edificio de Gran Vía 2. ¿Ha cambiado mucho desde que entraste por primera vez?
-Para ser socio de la Real Gran Peña tienes que tener cumplidos 21 años, por lo que es de las cosas que no ha evolucionado casi nada: gente que se conoce de toda la vida, aristócratas, diplomáticos, abogados…y por tanto no ha habido mucho cambio, por decirlo de algún modo. El club tiene cierta solera: Franco fue socio de la Real Gran Peña desde el 21 de mayo de 1921 y era asiduo a las tertulias así como fue nombrado presidente de Honor, el rey Juan Carlos I también, Alfonso XIII también lo era y dudo de si Felipe VI es peñista.

-Entiendo que la gente que conociste en tus primeras ocasiones sigue yendo y os seguís encontrando allí, como con cierta fraternidad…
-Sí, hay gente conocida como antiguos amigos de mi padre y que tenían una tertulia los Viernes allí pero ya quedan muy pocos. Todo el edificio es de la Real Gran Peña, pero digamos los pisos intermedios se alquilaban a oficinas inicialmente. Luego se fueron yendo los inquilinos y al final se alquiló al hotel Ada Palace al que se tuvo que deshauciar en 2014 por impago. Un miembro de la junta directiva, presenció el desahucio y vio en aquel momento estaban los clientes desayunando, imagínate la inconsciencia de los dueños del hotel, que obviamente estaban avisados para ese día concreto. Ahora ha reabierto como hotel de cinco estrellas, aunque a mí no me gusta porque antes teníamos una terraza donde cenábamos en verano con unas vistas excelentes de Madrid y al final se la ha quedado el hotel; tanto esa terraza como la terraza superior.

-De los pocos círculos sociales que deben quedar en Madrid…
-En Madrid quedan, además de la Real Gran Peña, el Nuevo Club en la calle Cedaceros y el Casino de Madrid… aunque para hacerse socio del Casino hay que pagar más de un millón de las antiguas pesetas, por lo que simplemente tienes que tener dinero, da igual como seas. La Real Gran Peña empezó como una tertulia de aristócratas y militares en la época de la Primera República para intentar la Restauración y luego ya adquirieron el edificio de Gran Vía 2, el primero a la derecha según subes desde Alcalá. Hay muchos aristócratas que siguen siendo socios, yo conozco a varios y de hecho para ser socio, te tienen que autorizar tres socios propietarios y dos de la Junta Directiva, para asegurarse de que los nuevos socios reúnen las condiciones necesarias.

-Me pregunto cuál es al final la utilidad de un club social hoy en día, quizá la de hacer contactos profesionales…
-Pues creo que es algo tradicional, no tiene una utilidad práctica real. Para hacer contactos yo creo que es mejor el Casino de Madrid, porque en la Real Gran Peña encontrarás aristócratas y un perfil de gente distinto. Sinceramente, nunca he conseguido un negocio en la Real Gran Peña y tampoco me gustaría hacerlo ni intentarlo simplemente, voy para pasar un rato con mis amigos, juntarnos para comer y celebrar fechas señaladas y en definitiva pasar un buen rato. Hablamos, tenemos tertulia literaria con algún autor y el restaurante está muy bien para comer cualquier día de menú. También es cierto que este club tiene convenio con otros clubs de todo el mundo y puedes dormir en esos clubs. De hecho yo he estado en clubs en Holanda, Canadá y, en Roma dentro de un palacio antiguo espectacular, en un lugar donde solo los socios pueden entrar, o incluso en Londres en el Army & Navy Club o en el Travellers Club.

-¿Y cómo está Madrid respecto de las otras capitales europeas en lo referente a los clubs?
-En Londres hay una tradición impresionante, por ejemplo yo conozco el Carlton Club, que es el club conservador, el de los embajadores, el club de la Armada, luego también hay clubs universitarios, el Chelsea Club… en definitiva el pertenecer a un club es casi normal porque Londres es bastante caro para salir y por tanto para cenar y tomar un par de copas sale muy bien de precio, la diferencia es notable. En la Real Gran Peña pasa algo parecido: por 30€ tenemos un buen menú, bien servido y con un buen servicio, es incomparable con cualquier restaurante. Cenas, echas tu partida, te tomas un whisky y estás tranquilo. Además hay un componente similar que es que hay lugares donde por mucho dinero que tengas no vas a entrar, que es lo que sucede con el Casino de Madrid: pagas 7.000€ de inscripción y ya eres socio al instante. Hay gente que nunca podrá entrar a la Real Gran Peña porque saldrían todos corriendo.

-Bajo tu punto de vista, ¿qué queda de la aristocracia madrileña?
-Yo los que conozco por ejemplo, no tiene nada que ver con lo que sale por ahí. Ninguno sale ni quiere salir en las revistas, es gente muy discreta y que van allí a pasárselo bien, como han hecho siempre. Tengo que hacer una mención especial al conde de Toreno, Francisco Queipo de Llano, que tenía una mente privilegiada. Para mí nuestro mejor presidente. Además conocía a mucha gente y éso ayudó a la Real Gran Peña.

-¿Entran socios nuevos a la Real Gran Peña?
-Sí, sin duda: yo por ejemplo he hecho un par de socios hace poco. Esto no es un club como el Casino o el Puerta de Hierro que, en fin, tú vas y pagas, sino que es otra cosa: es gente que tiene ideas afines, que le gusta eso y es que no es tampoco un club caro, son 200 euros al trimestre. Hay gente educada, comes tranquilo, el ambiente es exactamente lo que buscas porque además no pueden entrar niños, hay que entrar con americana y corbata… tienen cosas que lo convierten en un buen lugar.

-¿Qué futuro le ves a la Real Gran Peña?
-Yo creo que es de los pocos lugares que se van a poder seguir manteniendo. Los que la crearon pensaron mucho en cómo se iba a financiar: primero con el alquiler de los pisos y luego con el hotel, porque con las cuotas sería bastante complicado. Además los socios somos propietarios del edificio, por lo que es parte de nuestro patrimonio.

Cuestionario

Dónde comer en Madrid: me gustaba mucho Solchaga, cuyo dueño era un periodista, pero no sé si ha cerrado. Era un sitio precioso, bien de precio y con un buen género en Alonso Martínez. También en esa línea me gusta La Playa, cerca de Quevedo. Si quieres ir de tapas recomendaría Cazorla, en la calle Castelló. Para cenar, recomiendo La Favorita, donde los camareros cantan ópera en la calle Covarrubias.

Dónde disfrutar de Madrid: diría por ejemplo el parque de Fuente del Berro, el Campo del Moro o el parque de Alameda de Osuna, son lugares bonitos especialmente en Otoño.

Dónde desconectar de Madrid: los Pirineos, para hacer montañismo, es algo fantástico para desconectar.

Un barrio de Madrid: menos el centro, creo que cualquiera donde no haya multitudes. Me vale Chamberí por ejemplo, pero también me vale Salamanca, me vale Chamartín…

Un consejo a alguien que no conoce Madrid: que se saque un abono transporte, que le salen los desplazamientos más baratos.

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